En la colección arqueológica del Museo del Jade y de la Cultura Precolombina, se encuentra una de las piezas emblemáticas elaborada en jade, se trata de un colgante con forma de "mano-garra-ala" de origen olmeca, que mide 18 cm de Largo por 5.1. cm de ancho, catalogada en el Museo con el N° Cat. 6727.
Se trata de una mano izquierda que sale de una manga que tiene líneas grabadas, se desconoce la razón por la que le falta un dedo. La fuente de donde se obtuvo la materia prima con la que se elaboró se localiza en el Valle del río Motagua en Guatemala, para lograr dar forma a esta mano, el artesano aplicó la perforación con taladro y la técnica aserramiento por cordel, utilizando arenas abrasivas como cuarzos para cortar y pulir.
Este tipo de mano-garra es un elemento simbólico fue utilizado por los grupos de élite Olmecas de la zona de México. La pieza a pesar de que fue elaborada en Mesoamérica durante la temporalidad que los arqueólogos denominan Formativo Medio entre el 900 al 500 a. C. fue encontrada en un sitio arqueológico de la Subregión Arqueológica Guanacaste.
La presencia de este jade en Costa Rica, a su vez nos señala que a finales de este período se tenían rutas de intercambio de larga distancia, donde mercaderes olmecas ofrecieron bienes como bloques de jade, jades terminados- como es el caso de este colgante- y otras que tiene la colección, a cambio de que grupos precolombinos costarricenses les dieran productos como cerámica, conchas, sal, plumas de aves exóticas, textil teñido entre otros.
Con este objeto también se interpreta como a partir de esta dinámica comercial entre los distintos grupos culturales, se dio también la transferencia de conocimiento, ya que a nivel de América fueron los Olmecas los primeros que apreciaron y tallaron el jade, con el contacto con los artesanos locales pudieron transmitir algunas de las técnicas que ellos aplicaban para la elaboración de las piezas.
Los especialistas en trabajo en piedra adaptaron algunas de estas técnicas sugeridas, pero lo que los hizo diferente de los grupos mesoamericanos es que en las piezas talladas en Costa Rica se plasmaron las creencias chamánicas de tipo animista, que consideran dentro de su cosmovisión a espíritus protectores como una explicación de los sobrenatural y de protección al grupo social, los cuales eran portados por líderes espirituales, jefes y sus familias.
Este objeto fue adquirido por el Instituto Nacional de Seguros (I.N.S.) en 1981, basado en la promulgación de la Ley N°5176 de 1973 que facultaba a las instituciones autónomas para adquirir piezas arqueológicas, con el fin de que no se vendieran fuera del país, por conformar parte importante del Patrimonio Cultural de la Nación.
Arql. Virginia Novoa Espinoza. Curadora de Arqueología. Museo del Jade y de la Cultura Precolombina.
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